Keir Starmer impulsa desde Reino Unido una «alianza global» de energía limpia
El primer ministro británico asegura que su país será la primera gran economía en funcionar con energía limpia en el 2030, reactivando así la política climática tras la «marcha atrás» protagonizada en los dos últimos años por el conservador Rishi Sunak
La misión principal de la alianza será atraer inversión y financiación para recortar el bache norte/sur en la transición energética y ayudar a países en desarrollo a reducir su dependencia de los combustibles fósiles, a crear infraestructura para las energías renovables y a facilitar el acceso y el suministro de minerales críticos para el almacenaje.
«Queremos acelerar el despliegue de energía renovable en todo el mundo del mismo modo que este Gobierno lo está haciendo en casa», recalcó Lammy, marcando las distancias con los últimos gobiernos conservadores y redoblando los esfuerzos para el objetivo del «cero neto» para el 2050, fijado en su día por Boris Johnson.
El Gobierno británico ha decidido impulsar la llamada Global Clean Power Alliance, una alianza para acelerar el desarrollo de las energías limpias a escala global. El laborista Keir Starmer decide reactivar así la política climática del Reino Unido, tras la «marcha atrás» protagonizada en los dos últimos años por el conservador Rishi Sunak.
«Este Gobierno se ha propuesto el objetivo emblemático de ser la primera gran economía en funcionar con energía limpia en el 2030», ha anticipado el secretario de Exteriores David Lammy. «Y vamos a aprovechar esa ambición para crear una alianza comprometida con la aceleración de la transición energética en todo el mundo».
«Mientras algunos países se han puesto al frente de la transición, otros se están quedando atrás», declaró Lammy, en el momento reclamar para el Reino Unido un nuevo papel de liderazgo mundial ante el cambio climático.
«Hoy es el pistoletazo de salida de esta coalición», recalcó el titular del Foreign Office, que lleva dos meses buscando el apoyo internacional a la iniciativa, de cara a la COP29 que se celebra en noviembre en Baku.
La misión principal de la alianza será atraer inversión y financiación para recortar el bache norte/sur en la transición energética y ayudar a países en desarrollo a reducir su dependencia de los combustibles fósiles, a crear infraestructura para las energías renovables y a facilitar el acceso y el suministro de minerales críticos para el almacenaje.
«Queremos acelerar el despliegue de energía renovable en todo el mundo del mismo modo que este Gobierno lo está haciendo en casa», recalcó Lammy, marcando las distancias con los últimos gobiernos conservadores y redoblando los esfuerzos para el objetivo del «cero neto» para el 2050, fijado en su día por Boris Johnson.
Luz verde a los mini-reactores nucleares
Hoy por hoy, el 50,9% de la tarta energética del Reino Unido procede de renovables. El Gobierno de Keir Starmer ha levantado el veto que existía a los proyectos energía eólica en tierra y se propone duplicar la potencia actual de 16 gigavatios de aquí a finales de esta década. Más difícil será cumplir con el objetivo de 55 gigavatios en eólica marina, cuyo desarrollo se ha ralentizado por los costes.
Starmer ha dado también el visto bueno al desarrollo de una nueva generación de mini-reactores nucleares «made in UK» impulsado por los Gobiernos conservadores. La energía nuclear supone hoy por hoy el 15% del total del suministro.
El Gobierno laborista ha mandado entre tanto señales confusas sobre la concesión de hasta 13 nuevas licencias para la prospección y explotación de gas y petróleo en el mar del Norte. Un alto tribunal británico ha decretado entre tanto la paralización del proyecto para la primera nueva mina de carbón en 30 años en el Reino Unido, que estaba prevista en Whitehaven (Cumbria). Las asociaciones ecologistas celebraron la sentencia como «una victoria para el medio ambiente».
FUENTE: EL MUNDO