Análisis: México tiene una oportunidad única de impulsar un «sexenio solar» con el nuevo gobierno

Con el inicio del gobierno de Claudia Sheinbaum el 1 de octubre, México tiene la posibilidad de retomar el ritmo de desarrollo de nuevos proyectos de generación a través de subastas, alianzas público privadas y generación distribuida.

Con la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México, el país se enfrenta a una oportunidad histórica para convertirse en una potencia en el despliegue de energía solar al 2030. Leonardo Beltrán, Non-Resident Fellow del Instituto de las Américas, observó que el panorama es propicio para el desarrollo de un “sexenio solar”, dado que las señales iniciales de la nueva administración indican un fuerte compromiso con la inversión en energías renovables.

Uno de los primeros indicios de esta orientación es el documento de los «100 puntos» de la nueva administración, donde se compromete con el impulso de la transición energética, indicando que se construirán nuevas plantas fotovoltaicas, eólicas, hidráulicas, geotérmicas, e hidrógeno verde, además de promover el acceso a paneles y calentadores solares en techos de las viviendas y comercios. «Eso ayuda además a bajar el costo de la luz y del gas, y al mismo tiempo haremos de México un ejemplo mundial en el concierto de las naciones frente al cambio climático global», indicó.

¿Cómo lo hará? Ante gremios empresarios aseguró que destinará 13 mil 566 millones de dólares al 2030 en esos proyectos de generación eléctrica que estarán contemplados en su propuesta de un Plan Nacional Energético ya no sólo en miras al 2030 sino también al 2050.

En conversación con Energía Estratégica, Beltrán señaló que, si bien el gobierno ha manifestado su interés en diversas formas de energía renovable, la energía solar presenta la ventaja de ser la más rápida de implementar, lo que la posiciona como una prioridad en la agenda energética.

“Si la idea es materializar esos 13 mil millones en los siguientes seis años, pues entre más tiempo tarden, más difícil será la materialización de esa inversión”, advirtió.

Además de la rapidez en el desarrollo de proyectos solares, otro factor que respalda esta apuesta es la creciente demanda de generación distribuida y almacenamiento de energía, que el gobierno también ha incluido en sus prioridades. En este contexto, la energía solar se presenta nuevamente como una opción ventajosa debido a su flexibilidad y adaptabilidad a diferentes escalas de proyectos.

La posibilidad de que México se convierta en una potencia en el despliegue solar durante el sexenio de Sheinbaum es alta, según Beltrán. “Todas las condiciones están dadas. Hay recurso solar prácticamente generalizado en todo el país. Hay experiencia importante, como el proyecto solar de Sonora. Y hay interés del propio gobierno para desarrollar proyectos de energías renovables”, subrayó.

Asimismo, Beltrán recalcó la necesidad de seguir las tendencias globales de transición energética, recordando que México se ha comprometido internacionalmente a triplicar las energías renovables y duplicar la eficiencia energética para 2030. Estos compromisos internacionales, junto con la ventaja competitiva que representa el uso de energías limpias en la producción industrial, son incentivos adicionales para que el país avance en la adopción de energía solar.

En este contexto, otro elemento relevante es el tema de desarrollo de talento e investigación y desarrollo. Desde la perspectiva de Beltrán, sin duda, tener ahora el CONACYT como Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación es una señal muy relevante, pero tendría que venir acoplada al desarrollo de talento justo para poder apuntalar no solamente el capital natural, sino el capital social necesario para materializar ese sexenio de liderazgo.

Subastas y alianzas público privadas para el desarrollo y ejecución de nuevos proyectos

En cuanto al modelo de desarrollo de estos proyectos, Beltrán señaló que la situación financiera de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) hace que sea fundamental la participación del sector privado, ya sea mediante subastas competitivas o alianzas público-privadas.

“El primer reto es financiero… si no hay manera de desarrollar o de permitir que el sector privado desarrolle proyectos, pues la alternativa sin duda es trabajar junto con el gobierno, con la Comisión Federal de Electricidad”, afirmó.

Ahora bien, tanto en el corto como en el largo plazo sería importante reforzar la confianza de los inversionistas en el mercado mexicano. Por ello, el referente consultado sugirió que una manera de fortalecer aún más este entorno sería la inclusión de representantes del sector privado en los órganos de decisión, como el CENACE, lo que podría robustecer la confianza y atraer más inversiones:

«En el CENACE hoy no es necesario hacer ninguna modificación al marco jurídico para invitar, por ejemplo, miembros independientes a su Junta Directiva que podrían ser representantes de, por ejemplo, la Asociación Mexicana de Energía Solar o de la Asociación Mexicana de Energía Eólica o de alguno de los gremios del sector energético, justo para reflejar las condiciones que está enfrentando el sector privado que mejor permitan robustecer el entorno para que puedan desarrollarse proyectos públicos privados. Sería una forma inmediata de modificar la estructura corporativa o el gobierno corporativo de las instituciones, que no requiere ningún cambio y que además mandaría una señal sólida de que debe trabajar en conjunto con el sector privado».

Con todos estos elementos en juego, Leonardo Beltrán, Non-Resident Fellow del Instituto de las Américas, afirmó que el nuevo gobierno tiene en sus manos la posibilidad de hacer de este sexenio uno de los más significativos en términos de transición energética, posicionando a México como una potencia en el desarrollo de energía solar a nivel regional y global.

 

 

FUENTE: ENERGIA ESTRATEGICA